Sexualidad, conflictos y comunicación en la pareja
Detrás de la unión emocional entre dos personas se esconden aspectos psicológicos que frecuentemente pasan desapercibidos. Sexualidad, conflictos y comunicación en la pareja van de la mano a la hora de plantearnos un proyecto de vida con otra persona.
El falso mito del amor romántico hace que nuestro concepto del amor esté distorsionado por completo. Cada pareja es un mundo y las dificultades que pueden encontrar pueden ser completamente distintas. Sin embargo, hay algo que casi todas tienen en común: el sexo y la falta de comunicación son la principal fuente de conflictos.
En este artículo vamos a ver los factores psicológicos que se esconden detrás de las relaciones de pareja y sus conflictos para que puedas vivir una historia de amor saludable.
¿Eligiendo a nuestra pareja ideal evitaremos conflictos?
La complejidad del amor va mucho más allá de las emociones que nos genera otra persona. Detrás de una relación de pareja se encuentran pensamientos, creencias, actitudes y todo un contexto social y familiar que guardamos dentro.
En este sentido, muchas de las personas que llegan a nuestra terapia de pareja nos hacen la misma pregunta: ¿y si no somos compatibles? ¿Y si no es mi pareja ideal?
A la hora de determinar si una persona es nuestra pareja ideal o no lo es, nos podemos encontrar ante dos teorías. La primera, sería la idea de encontrar una pareja que nos complemente en lo que nosotros no tenemos. Si una persona tiene aquello que nos falta, podría complementarnos en los aspectos en los que necesitamos más fortaleza, es decir, sería la media naranja.
Por otra parte, está la teoría de elegir una pareja con las mismas ideas, gustos y pensamientos para poder compartir con otra persona un mismo estilo de vida y que de esta manera las decisiones vayan en una misma línea de pensamiento.
Sea cual sea la teoría que sostengas, puede que cuando aparezca un conflicto en tu relación te plantees si realmente esa persona con la que compartes vida haya sido la mejor elección.
Llegados a este punto, es necesario recalcar que una relación de pareja es un proyecto vital. Y, como en todos los proyectos, no todo es perfecto.
Al igual que cada pareja es un mundo, cada persona también lo es. El entramado psicológico que guardamos cada uno en nuestro interior es complejo y los conflictos que podamos tener con nuestra pareja tiene mucho que ver con esto.
En nuestra mente conviven una parte consciente y más visible con una inconsciente e invisible.
En la parte consciente se encuentran nuestros comportamientos, nuestro entorno y la actitud que tenemos en nuestro contexto diario. Son aspectos que podemos controlar y modificar de una manera relativamente sencilla.
Pero en nuestra mente inconsciente se esconden la base de nuestra personalidad y una parte más trascendental a la que es mucho más difícil acceder.
Dentro de esta parte invisible están los valores que le dan rumbo a tu vida. Por lo tanto, a la hora de elegir una pareja ideal, deberías basar la decisión en los valores en común que tienes con ella.
Elegir a una pareja con tus mismos valores te permitirá compartir los mismos para qués y de esta manera, los conflictos serán mucho más livianos.
Sexo e inteligencia emocional
El sexo es esencial en una relación de pareja. Más allá de una simple conexión física, las relaciones sexuales permiten una conexión emocional y espiritual que refuerza el vínculo entre dos personas. Además, permite el bienestar físico, mental y social tanto a nivel individual como en conjunto.
Pero con el tiempo, los momentos íntimos que compartimos con nuestra pareja pueden comenzar a deteriorarse y convertirse en una fuente de conflictos. Los problemas sexuales como la falta de deseo o la incapacidad para llegar al clímax son frecuentemente problemas psicológicos, especialmente emocionales.
La inteligencia emocional y el sexo, por lo tanto, tienen una estrecha relación. Uno de los puntos claves para conseguir la armonía en el terreno sexual es la capacidad de empatía. Y para ello, es esencial comunicarse y tratar de entender a la otra parte.
Esa comprensión de las emociones ajenas y también propias es lo que conocemos por inteligencia emocional. Ser capaz de conectar en este nivel con tu pareja permitirá que los dos disfrutéis de vuestros momentos íntimos.
Si el sexo se ha convertido en un conflicto en tu relación de pareja, comienza a cambiar la perspectiva y mira la situación desde la óptica de la inteligencia emocional.
Para poder hacerlo, en primer lugar, dale prioridad a la comunicación. Creando un clima de confianza con tu pareja podrás comunicarte de una manera sincera y expresar tanto lo que te gusta como lo que no.
Guardarse todo aquello que tenemos dentro por miedo a lo que pueda pensar tu pareja de ti o por miedo a herir sus sentimientos terminará generando conflicto, ya que las relaciones sexuales dejarán de funcionar. Sin embargo, entrenando la capacidad de comunicarte podrás ser transparente y disfrutar por completo del sexo.
Dentro de este punto, es importante que la comunicación sea asertiva. Es esencial aprender a decir lo que te gusta y lo que no te gusta sin sentirte mal cuando lo hagas.
Pero además de la comunicación, necesitas saber escuchar. Practicar la escucha activa te permitirá ver mucho más allá de lo que tu pareja te está diciendo con palabras: podrás interpretar su comunicación no verbal y averiguar cómo se puede estar sintiendo en ese momento.
Por último, es importante una correcta gestión emocional. Cuando tenemos relaciones sexuales pueden aflorar miles de emociones, tanto positivas como negativas. Si eres capaz de saber identificarlas y crear el entorno de confianza basado en la comunicación asertiva y la escucha activa podrás trabajar en su gestión.
La inteligencia emocional puede ayudarte a mejorar el sexo con tu pareja y que este deje de ser un conflicto, basando siempre tus momentos íntimos en la empatía y una buena comunicación.
Gestionar los conflictos de pareja desde una perspectiva psicológica
Los conflictos en la pareja son frecuentes. Cuando las cosas dejan de ser perfectas, aparecen los conflictos en los que comúnmente podemos optar por trabajar para solucionarlo o, por el contrario, romper la relación.
Si tratamos de entender los conflictos desde el punto de vista psicológico, hay que tener en cuenta que la base de nuestro comportamiento se encuentra en el subconsciente. Y en este sentido, aparece el rol que cada persona desempeña dentro de una relación.
Cuando existe una unión sentimental entre dos personas puede darse la situación de que uno de los miembros de la pareja ocupe un rol dependiente del otro. Esta dependencia emocional nos impide entender de forma racional qué es lo que nos ocurre con nuestra pareja.
Si esto ocurre, es conveniente conocer el tipo de apego que tenemos buscando la forma en la que hemos generado ese patrón desde nuestra infancia. Las necesidades emocionales insatisfechas desencadenan en patrones nocivos en los que se trata de compensar las carencias afectivas del pasado, siendo una fuente de conflicto con nuestra pareja.
¿Cuántas veces te has preguntado si has actuado de la mejor manera posible tras un conflicto?
Ocurre en muchas ocasiones que nos dejamos llevar por una conducta irracional que no nos permite entender las razones por las que hemos actuado de determinada manera. Y tras ese primer asalto, nos invaden emociones como el miedo, la culpa, la efusividad o la falta de confianza.
Cuando eres capaz de ver los conflictos de pareja desde la perspectiva psicológica entiendes que hay algo más detrás de todo esto. Ante una situación de conflicto, nuestra mente hace una valoración inconsciente que nos guía por un camino u otro.
De manera instintiva y automática, nuestra mente subconsciente evalúa la situación basándose en tres factores: el objetivo, el coste emocional y la relación con los demás.
El objetivo sería lo que quieres conseguir en esa situación. El coste emocional sería cómo me voy a sentir antes y especialmente después de dicha situación. Y la relación con los demás sería cómo creemos que va a cambiar la relación que tengo con la otra persona.
Por ejemplo, imagina un conflicto en el que llevas un tiempo en el que no te apetece tener sexo con tu pareja. En este caso, el objetivo sería conseguir comunicarte con tu pareja para expresar que hay algo que no anda bien y buscarle una solución. El coste emocional sería que si no hablas con tu pareja, volverás a sentirte mal cada vez que estéis juntos ya que no eres capaz de decir no. En cuanto a la relación con los demás, sé que puedo herir sus sentimientos y terminemos discutiendo.
Tu mente subconsciente hace una valoración y, en este caso, priorizaría el coste emocional y tomarías la decisión de hablar con tu pareja para buscar solución.
Cuando eres consciente de estos tres factores puedes enfocar las situaciones complicadas de una manera consciente y sana. Tras un conflicto, podrás entender las razones por las que has actuado de determinada manera con tu pareja.
Como has podido ver, la sexualidad, los conflictos y comunicación en la pareja están muy relacionados. Aprender a ver esta situación desde un punto de vista psicológico es positivo a la hora de buscar soluciones a los problemas que se presenten en tu relación.
Apuesta por tu pareja y haz todo lo que esté en vuestra mano para lograr vuestro bienestar. Si necesitas una orientación profesional para salir de una situación de conflicto y adoptar otra actitud mucho más beneficiosa, ven a conocernos y descubre nuestros servicios para problemas de pareja y sexualidad.
Espero que con estas pautas puedas ver los conflictos de una manera mucho más productiva.
Nos encantará leerte en los comentarios: ¿crees que los conflictos en la pareja se pueden solucionar o son un caso perdido?