Ante esta pregunta muchas personas contestan con un rotundo “NO” o nos obsequian con respuestas más elaboradas tales como “Yo ODIO la Navidad” o “La Navidad es la peor época del año”.
Personas que, durante esta temporada de ruido, luces, y publicidad estridente demandando nuestra atención constantemente, indican que prefieren encerrarse en casa y esperar pacientemente a que los villancicos, los Reyes Magos y Papá Noel se vayan por donde vinieron.
Otras personas, por el contrario, viven en Navidad una época maravillosa, llena de felicidad, aprovechándola como pretexto para quedar con amigos, familiares, decorar su hogar y lugares de trabajo con arbolitos, belenes y trineos. Al hacerles la pregunta nos muestran una amplia sonrisa acompañando un sonoro “¡Claro! ¡Es mi época preferida del año!”
Aunque hay términos medios, por norma general la Navidad suele andar entre estos dos extremos del amor y el odio.
Al formular esta pregunta lo primero que pensaremos es que, probablemente, quienes disfrutan de la Navidad no han tenido que pasar por ningún suceso desagradable que coincida con esta etapa del año y que, por ello, la ven como algo maravilloso sin tener un momento de poner los pies en el suelo.
En nuestro trabajo como psicólogas en Murcia prestamos especial atención a este curioso fenómeno de la “depresión navideña”.
Tras años escuchando en nuestro centro Psicología Aranda-Séiquer a innumerables personas con esta repulsión/fobia/disgusto/asco por la navidad hemos encontrado dos grandes motivos para este “odio navideño”:
Las expectativas que se ponen sobre la época de la Navidad chocan con la realidad en muchas ocasiones. El esforzarnos para mantener artificialmente el estado de ánimo que se supone que debemos de tener es algo muy agotador.
La no aceptación de que se trata de una época más del año que, con suerte, podemos pasar bien o, con algo menos de suerte, nos puede tocar pasarla en un hospital o coincidiendo con alguna pérdida, puede ser un potente generador de estrés y ansiedad que inevitablemente tirarán nuestro ánimo por los suelos.
No te obligues a sentirte como crees que los demás esperan que te sientas y recuerda que “Nunca hay fechas buenas para pasarlo mal”.
Si te identificas más con la segunda parte de la pregunta párate a pensar: ¿Qué es lo que me apetece dentro de mis posibilidades?
Quizá ha llegado el momento de hacer algo distinto. Si llevo 30 años cenando en nochebuena en casa de mis suegros y me apetece otro plan, negócialo con tu pareja de tal forma que ambos salgáis ganando como individuos y como pareja.
No es necesario sentirse mal cada año y por algo así no se va a romper la unidad familiar.
No te obligues a sentirte como crees que los demás esperan que te sientas y recuerda que “Nunca hay fechas buenas para pasarlo mal”.
La Navidad, por otra parte, es una época que cada vez está más potenciada por el consumismo (al ritmo que vamos estaremos comprando los regalos de Navidad en agosto) y el bombardeo de mensajes publicitarios va calando en nosotros sin que apenas nos demos cuenta, los cuales asocian nuestros estados emocionales con compras, con ritmos y modelos de vida prácticamente imposibles de seguir.
Nos inducen a pensar que para poder alcanzar la felicidad tenemos que comprar y comprar, comer y beber, estar en un entorno idílico con toda la familia y los amigos alrededor del fuego con un jersey de lana roja, reno bordado en el pecho, todos llevándonos bien sin ningún tipo de conflicto personal o familiar abierto, entre otras cosas.
Hay que tomarse la navidad como una época más del año y aceptar, como en cualquier otra, lo que nos pueda venir.
Si eres afortunad@ y este año se te presenta una época de festividad navideña para bien ¡acéptala y disfrútala sin más!
En cambio, si se trata de un año en el que hemos perdido a un ser querido, estamos en un proceso de ruptura de alguna relación (divorcio, separación, lo que sea) o estamos atravesando un momento complicado o desagradable de nuestras vidas, mejor acéptalo sin exigirte el estar bien sólo por ser Navidad. Ya llegarán otras navidades en las que podamos volver a disfrutar.
Tal y como afrontas la Navidad es tal y como afrontas el resto de tu vida. Si procuras estar bien con tus circunstancias e intentas prestar atención a las cosas buenas de tu vida en lugar de lo que te falta en estas fechas sin comparar tu felicidad con la de los demás seguro que saldrás bien parad@ de estas navidades.
Así que sin más…, ¡FELIZ NAVIDAD!
12 Comments
Una gran observación, especialmente la relativa a la publicidad y el cómo nos venden el modelo de la familia perfecta, amigos perfectos, vida perfecta, sin problemas económicos, ni de trabajo ni de salud, todos reunidos alrededor de la chimenea con los calcetines llenos de regalos.
Es fácil caer en el error de mirarse en ese «espejo negro» que es nuestra televisión, móvil o tablet y comparar nuestras vidas con esos ideales casi inalcanzables. Veo este caso muy parecido al de la autoestima con la publicidad de marcas de moda mostrando sus prendas en chicos y chicas «perfectos» de photoshop.
Un gran consejo Marta, consejo que debería tener en cuenta toda persona sea cual sea su situación actual (todo puede cambiar para bien o para mal). Por eo y por mucho más eres una de mis dos psicólogas en murcia favoritas.
Un abrazo grande.
¡Nos vemos en las redes!
Hola Juanjo!! Muchas gracias por tus palabras llenas de sabiduría y afecto!! Un abrazo muy grande para ti también!!
Enhorabuena por el artículo; que refleja el amplio abanico de sensaciones y sentimientos relacionados con la época navideña que se aproxima.
A mi juicio también es una época para hacer balance del año transcurrido que siempre contiene de todo lo que conlleva la suerte de vivirlo;navidad para días de descanso y tomar impulso para afrontar nuevos retos y fuerza para superar lo menos deseado.
Gracias por compartir tu profesionalidad y con tus palabras reflejar esta realidad.
Marta, me gusta tu aportación del balance que hacemos al terminar el año, y hacerlo me parece fundamental para saber por donde andamos y por donde queremos ir. Gracias a ti por seguirnos!! Un abrazo!!
Me encanta disfrutar de una comida familiar cualquier día del año, pero que me encasillen un día determinado me molesta, esto es debido en gran parte a los anuncios publicitarios del tipo: vuelve por Navidad. La sugerencia de cambiar de planes es muy interesante, es muy estresante estar para todos en tan pocos días.
Gracias por tu aportación Marien, seguro que le ocurre a más gente!! Saludos!!
Muy completo y bueno
Me alegro que te haya gustado Iñaki!!
Odio todo el bombardeo publicitario navideño. Es horrible!
Para mi, la navidad, es una época del año al igual que otra. Odio cuando la gente se vuelve solidaria o mejor persona.
En fin, gracias por este nuevo artículo.
Deseando leer el próximo.
Gracias Teodoro por tu aportación!!
Yo suelo tener una sensación agridulce cuando llega la Navidad. Dulce porque apetecen las reuniones de amigos y familiares, pero amarga porque la sociedad y la publicidad nos obligan al consumismo y a determinadAs costumbre impuestas.
Es bastante frecuente esa sensación agridulce navideña. Gracias Antonio por seguirnos!!