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Se suele decir que «cada persona es un mundo». Sin embargo, esa individualidad se enfrenta a la presion social o presion de los pares. ¿En qué sentido? Somos animales autoconscientes e independientes, pero también somos animales sociales. Necesitamos sentirnos parte del grupo. Por eso, vivimos en una constante negociación entre el «soy como soy» y el «debo ser como me dicen».

La presión social no atiende a particularidades

¿Alguna vez has hecho o dejado de hacer algo por la presión social? Tomamos muchas decisiones por la influencia de personas cercanas. Es decir, la familia, los amigos o los compañeros de estudio o trabajo.

Esta influencia también procede de desconocidos, ese grupo difuso que conforma la llamada sociedad. Dentro de esta, y de cada uno de sus subgrupos, existen patrones de comportamiento considerados «adecuados». Cualquier disidencia o planteamiento en contra podría encontrar su rechazo. Como no queremos sentirnos rechazados, aceptamos modificar nuestras decisiones, incluso cuando pueden afectar directamente al transcurrir de nuestra vida.

La presión social no atiende a particularidades
La presión social no atiende a particularidades

Esto significa que recibimos presión social no argumentada, en el sentido de que se aplica sobre nosotros sin que se tengan en cuenta nuestras particularidades. Como te decimos arriba, «cada persona es un mundo» y las circunstancias de cada uno de nosotros no pueden coincidir siempre con la «normalidad».

La presión social de la maternidad

La maternidad es un concepto muy poderoso. Hay muchas influencias sociales, directas o indirectas, que nos hablan de que la maternidad es deseable e inevitable. Hemos heredado una imagen de que la mujer solo es mujer si es madre. Obviamente, esto es falso.

Tal como comentábamos anteriormente, esa es la «normalidad», y por lo tanto intentar actuar de otra manera se convierte en un reto social que termina afectando a la mujer que dice «no quiero tener hijos». Por otro lado, hay mujeres que quieren tenerlos, pero por causas fisiológicas o anatómicas no pueden.

La presión social de la maternidad
La presión social de la maternidad

Unas y otras encuentran que la presión social no atiende a sus circunstancias y necesidades personales. La presión puede sentirse como acoso y este puede resultar muy doloroso. Los mensajes sobre la magia de la maternidad y la obligatoriedad de ser madre pueden minar la autoestima de las mujeres que no pueden o no quieren tener hijos.

En algo tan importante como la maternidad, que cambia la vida por completo, es importante que te conciencies de lo que tienes que hacer es elegir tu propio camino y conseguir que eso no sea traumático.

La presión social en el entorno laboral

Nuestro trabajo no se salva de ser un entorno en el que recibimos grandes dosis de presión diaria. Este fenómeno se ha acentuado especialmente durante el periodo de crisis económica debido al factor catalizador de la precariedad o inseguridad laboral.

Desde jefes o superiores hasta compañeros y clientes ejercen sobre nosotros en mayor o menor medida una influencia sobre nuestro comportamiento dentro de la empresa, ya no sólo refiriéndonos al cumplimiento de nuestro trabajo o la normativa interna, sino sobre nuestra personalidad o forma de ser.

En ocasiones esta presión puede ser tan extrema y/o continuada que puede llegar a encender la mecha de problemas mayores como el estrés y el burnout abocando todos ellos en ansiedad, la cual, si no es controlada adecuadamente puede perjudicar gravemente nuestra salud física y mental.

Otras formas de presión social

Hay muchos factores de nuestras vidas en los que nos vemos afectados en distinto grado por la presión de los pares o presión social. Siendo niños, adolescentes, en nuestra etapa adulta percibimos esa influencia, llegando a condicionar nuestro comportamiento de forma tóxica y abocando a la infelicidad de la persona. Te planteamos algunos casos en los que hemos detectado la presión ejercida desde diferentes ámbitos (familia, amigos, trabajo…) sobre algunas circunstacias particulares en las que quizá te puedas sentir indentificad@:

– No tener pareja

– No estar casado

– Forma de vestir

– Gustos personales

En resumen, cualquier tipo de actitud o comportamiento individual que se “salga” de la norma establecida y que pueda provocar cierto grado de rechazo por parte del grupo social en el que estemos integrados.

¿Te has sentido presionado o rechazado socialmente en este sentido? Coméntanos tu experiencia al final del artículo.

Puedes encontrar tu espacio

Todos somos sensibles a la presión social. Nos encontramos con ella en distintas formas en todas partes. Muchas veces nos lleva al sufrimiento. En la consulta psicológica Aranda-Séiquer podemos ayudarte a conseguir la autodeterminación y la autonomía que te permitan decidir qué quieres ser y hacer. Al fin y al cabo, ¡se trata de tu vida!

Información relacionada:

En otros artículos del blog de Psicología Aranda-Séiquer puedes encontrar información util sobre cómo afrontar, entre otros conflictos de la vida cotidiana, la presión social que puede ejercer el entorno cercano sobre ti. Te recomendamos los siguientes:

Piensa, Decide y Afronta

Tanto tienes, tanto vales

Comunicarnos sin conflictos: la asertividad

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Existen soluciones a tu alcance

En casos particulares se hace muy difícil afrontar los retos que nos plantean estas presiones sociales que recibimos de todo nuestro entorno. En Psicología Aranda-Séiquer estamos para ayudarte a lograr que seas feliz siendo tú, con tus particularidades y características que te hacen una persona única en el mundo.

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11 comentarios

  1. A mi me angustiaba muchísimo la presión social de que una vez acabado el instituto debía de emprender una carrera universitaria que era lo que mis padres y amigos querían que hiciese.
    He de decir que la carrera la acabé pero once años después, ya que la cursé cuando yo quise.
    Después del instituto hice un modulo superior que era lo que yo quería hacer.
    Fui y soy muy feliz de tomar mis decisiones y no dejarme llevar por la presión social.
    Como siempre excelente artículo, seguid así.

    1. Saludos realmente es inevitable no ser victima de la presion social dentro del entorno que nos rodea, es irritante cuando muchos, hasta incluso tu familia empiezan a atacar para que uno ceda o haga las cosas como dicen ellos, cada quien toma sus decisiones, pero otros se vuelven «expertos» en diseñarle la vida a otro, en decirle has esto, esto y aquello y lo hacen sin uno pedirle opinión al respecto, yo pensando hace dias me dije pero ven acá al final la decisión debo tomarla yo y no impulsado, ni empujado ante los ataques de los demás, es irritante cuando muchos piensan que hay que darle una explicacion detallada sobre algo de la vida privada personal, yo dije si cedo ante la presion y los ataques de otros se que voy a lamentarme porque lo haria para complacer y para que dejen de estar hablando.

  2. Hoy día con la presión de las redes sociales y el mundo virtual esta presión social es cada vez más fuerte. Es necesario tener una personalidad también fuerte que no haga ceder ante la presión

  3. Me da la impresión que ser el que no sigue la corriente, el que no sucumbe a la presión social te coloca en una posición tan incómoda que si no tenemos una educación orientada a lidiar con ello o una personalidad fuerte que nos ayude, se torna una tarea imposible o con un coste personal muy alto. El disponer de ayuda especializada para afrontar los problemas que suponen no estar siempre en el rebaño es más que recomendable si realmente quieres intentar no ir con la corriente.

  4. Como siempre cuanta razón tienes, personalmente desde que nacemos todo influye y tengo la gran suerte de decir que mi familia me educó, enseñó, empujó….a tomar mis propias decisiones, siempre que yo fuera responsable de mis actos. (con sus consecuencias y ventajas).
    Esto lo digo porque influye muchísimo el entorno familiar, eso hace que sepas decir que NO cuando esta sociedad te empuja hacer cosas que no quieres.

  5. A veces no somos conscientes de que existe esa presión social y familiar. Algunos terminamos siendo lo que se supone que debemos ser y no lo que realmente queremos ser.
    Es bueno hacernos conscientes de que existe esa presión. Sin ser conscientes, nunca podremos luchar contra ella, si es que es lo que queremos.
    Como siempre, un excelente artículo. Gracias

  6. Un artículo muy interesante y con el que me siento muy identificada. Estoy un poco cansada de escuchar esa gran frase «se te va a pasar el arroz» porque aún no soy madre y de sentir la presión de amigos y familiares que tienen niños y te dicen «y tú para cuando que necesito que traigas un primo/amigo para jugar». No sé, para mí la maternidad es algo muy serio y es para toda la vida y oye….a lo mejor es que no quiero ser mamá y ya está. Gracias por vuestros artículos, son maravillosos.

  7. Yo no dejo que incluyan sobre mi. Mis cosas personales las decido yo. Considero que los demás no tienen porque tratar de convencerme de ciertos patrones de vida. Sería infeliz di le diera en el gusto a los demás.Vivo un mundo paralelo a mi profesión en colegio. Un arte aparte. No mezcló las cosas. Estoy en mi derecho. No cedo el arte ante la empresa. Es mi decisión.

  8. Yo no claudique ante la presion social de que me quedase preñadita, enseguida comprobe , que las que me presionaban , eran , analfabetas que se habian arrepentido de reproducirse. La mujer que esta encantada de ser madre, es que ni siquiera se da cuenta ni le preocupa, el que las demas tengan o no tengan hijos, en cambio , las amargadas que se han arrepentido, no dejan de preguntarte el porque no estas tan amargada como ellas, y te quedas preña de una vez!.

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